Cuerpo en Construcción

Cerramos nuestros ojos, y vemos el infinito. Nuestros párpados nos permiten contemplar el Universo entero… somos leones… somos niños… destruimos lo establecido, derrumbamos paradigmas y dogmas, reconstruimos conceptos y realidades, permeamos nuestro entorno con nuestro ser, colisionamos con partículas milenarias que han esperado por nosotros para integrarse… Gran teatro del Universo, danza perpetua que escenifica triunfos y caídas… mutación permanente de materia y espíritu… aglomeración de átomos formando tejidos, fluidos orgánicos condensándose en nosotros, formando nuestro cuerpo… y todo nuestro ser material comenzó en un estertor de placer… de allí provenimos…ese es nuestro segundo padre, después del caos.

Primero somos algo que comienza una desenfrenada carrera por alcanzar un objetivo… en manada se desbandan tropezando entre sí, hasta que uno de millones se convierte en triunfador dando inicio a un nuevo organismo biológico destinado a ser habitado por la esencia universal, rodeado de líquido, incubándose segundo a segundo, dividiéndose en millones de partículas, de átomos, para crear una unidad que luego se convertirá en dualidad…

Flotamos durante meses en un limbo material, acogedor y protector, mientras nuestro cuerpo termina su labor de autoconstrucción… es algo automático, un proceso perfeccionado durante millones de años para dar nacimiento a un ser imperfecto, incompleto ¿o es acaso que dicha imperfección es inoculada a nuestra naturaleza al abandonar el limbo cálido que nos incubó?