El Espejo Revelador

Creamos vínculos adyacentes entre mi cuerpo, su cuerpo y el entorno que nos rodea, nos reflejamos en nuestro campo de acción verdadero, y encontramos dificultades que antes no conocíamos en nuestro trabajo como por ejemplo: ¿cómo abordar o interactuar con alguien que me intimida por su cuerpo? o ¿cuándo estoy diciendo algo con palabras pero mi cuerpo está reflejando algo diferente?

Dentro del tiempo estipulado para los talleres (que duró dos meses, dos veces por semana) hubo momento para la narrativa, la reflexión, la risa, el juego y la inventiva.

Uno de los ejercicios más divertidos fue el de trabajar en parejas espalda contra espalda para realizar una prueba de escultura viviente. Costó bastante acercarnos unos a otros, sin embargo, se generó un interés creciente entre los participantes.

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